C.J.Shatz, explica el desarrollo del cerebro, y
el papel de la estimulación para que se establezcan conexiones neuronales
correctas, resaltando que la actividad neural es decisiva para la actividad
mental. Nos dice que “Durante el desarrollo fetal se sientan las bases de la
actividad mental, al tiempo que millones de neuronas establecen conexiones. El
cerebro del recién nacido tiene prácticamente el mismo número de neuronas que
el cerebro del adulto.
Los niños en su fase intrauterina y después de
nacer, son demasiados sensibles a la música y ésta a su vez favorece
enormemente el desarrollo de su cerebro. Actualmente los investigadores, están
de acuerdo de que el oído es el primer órgano que se desarrolla a nivel
embrionario, empezando a funcionar activamente a partir del cuarto mes. En el
contexto intrauterino, es el ritmo del corazón de la madre y todos los sonidos
de su entorno lo que origina, lo que culturalmente conocemos como música. Los
sonidos que escucha el bebé, en especial los de la voz de su madre son
indispensables para el desarrollo de las áreas relacionadas con el lenguaje
humano (zona de Broca y Wernicke). En este sentido siguiendo a Platón, debemos
de afirmar que: “La música debe de ser
para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”. Es posible plantear que
puede existir una música para el cuerpo, otra música para el espíritu, la
primera permite activar la totalidad corporal, siendo los géneros relacionados
con la salsa o el rock en nuestra cultura, los que logran redisciplinar el
cuerpo de tal forma que puede permitir la recuperación del equilibrio y del
estado emocional de los sujetos en forma transitoria, originando de esta forma
estados liberadores del estrés. Por el contrario la música para el espíritu de
Mozart, ha hecho aportes muy significativos, en lo relacionado con la
estimulación de la interioridad humana, más que con el cuerpo físico; es decir,
produce estados de distensión neuronal propicios para la creatividad. El efecto
Mozart se produce debido a los ritmos, melodías y frecuencias altas de su
música, siendo sonidos altamente armónicos que metafóricamente actúan como un
relato o un cuento de hadas, estimulando tanto el neo-córtex, como el sistema
límbico; permitiendo de esta forma que la persona que escucha la música vibre
de una forma cognitiva y emotiva. La música en este sentido desemboca en el
campo de “la acción”; porque las emociones no son sentimientos, sino que son
“impulsos” o programas instantáneos para enfrentarnos a la vida. Entonces se
puede plantear que la música no sólo activa las redes neuronales, sino que
incide también en la concentración, la atención y la memoria, fundamentales
para el proceso del aprendizaje.
Al nacer, en el niño los primeros gorjeos,
balbuceos y sonrisas, no sólo comunican la alegría de su ser, sino que a través
de estas primeras manifestaciones sonoras el niño comprende que su voz es el
instrumento básico para relacionarse con su mundo; antes inclusive de coordinar
su cuerpo y su pensamiento. A pesar de que los movimientos del bebé parecen
casuales y entrecortados, todas las partes de su cuerpo responden a un mismo
compás. A los tres meses y medio, y posiblemente antes, el bebé se mueve al
ritmo de las palabras de su madre, siendo la comunicación y la música procesos
claves que se deben de estimular desde el ambiente intrauterino.
La música barroca y clásica que se
recomienda es la siguiente:
·
El Laúd Barroco, N5-1229,
Nonesuch, N.Y. 10022
·
Música Barroca para flautas,
N5-1064 Nonesuch, N.Y. 10022
·
Handel, G.F.I. La Música del Agua
X45044. Cuatro Sonatas para flautas, opus1, sum x 45046 CMS. Records. N.Y.
10007
·
Lind: 1. Largos y Adagios, L1-301.
2. Repetición, más largos y adagios, L1 301. Lind Institute, San Francisco.
·
Vivaldi A. Conciertos para Flautín
y Orquestas, N%-1022- Nonesuch.
·
Bethoven: 1. Sinfonía No. 5 la
Obertura No. 3 de Leonora, CSRV-190.2. La Sinfonía No. 6 en Fa (Pastoral); la
Obertura Fidelio, CSRV-193 Vanguard, Nueva York,
·
W.A. Mozart, Concierto para Piano
y Orquesta No. 18 en Si Bemol Mayor.
·
Vivaldi, Las Cuatro Estaciones.